viernes, 7 de junio de 2013

El patrimonio religioso en uso, garantía de conservación.


Altar de cultos, Hdad. de la Amargura. Sevilla


La preocupación por la conservación del patrimonio religioso desarrollada en las últimas décadas ha coincidido con una importante renovación de los enseres litúrgicos derivada de la interpretación  del Concilio Vaticano II. Estas dos realidades contemporáneas han conseguido que gran parte del legado patrimonial católico haya dejado de formar parte del ajuar de las iglesias, perdiendo gran parte de su significado, para formar parte de colecciones museográficas y exposiciones temporales o quedando olvidados en almacenes y sacristías.

Las cofradías, principalmente las de Sevilla y su entorno, han sabido defender la conservación del ajuar tradicional, consiguiendo frenar la desaparición de estampas seculares como los altares de cultos o el monumento del Jueves Santo, poniendo en valor un importante conjunto patrimonial vinculado al arte efímero: candelería, platería, mobiliario o colgaduras. El uso  de estas piezas obliga a primar su conservación, siendo necesario limpiarlas, restaurarlas e inventariarlas, pero sobretodo ha garantizado que las nuevas generaciones conocen su significado y entienden por qué y para qué se usan. Así mientras la mayoría de niños andaluces reconocen una naveta, una ráfaga o conocen para que se utilizaban las sacras, en el norte de España resulta una materia nueva para alumnos universitarios de estudios vinculados al patrimonio.

En el resto de España la utilización para el culto de determinados enseres (candelabros, sacras, expositores, jarras, paños, doseles, etc.) exige una profunda labor de recuperación tras varias décadas de desaparición que en ocasiones encuentra la oposición férrea de las posiciones más “contemporáneas”. En este sentido, las campañas de revitalización de la Solemnidad del Corpus Christi y otras fiestas en honor al Santísimo Sacramento están sirviendo para que muchas piezas abandonen las sacristías para recuperar la finalidad para la que fueron creadas, el culto divino, a la hora de levantar altares al paso de Su Divina Majestad.

Altar del Corpus, Cofradía de la Concha. Zamora.
¿Qué tiene que ver la recuperación del ajuar litúrgico tradicional con la conservación del patrimonio? Durante siglos las iglesias han mantenido los mismos incensarios, las mismas candelerías, las mismas sargas, las mismas imágenes ¿por qué? Por que se encontraban en uso, la utilización del patrimonio dedicado al fin para el que fue creado es una garantía de conservación y de conocimiento. Hoy en día, dado el conocimiento existente sobre conservación y protección del patrimonio, es perfectamente viable hacer un uso responsable y sostenible de las piezas.  El patrimonio vivo y en uso, en primer lugar se conoce y se aprecia, lo que permite una mayor conciencia social sobre su valor, su significado y su necesidad de conservación. Los enseres que se utilizan se revisan y se atienden, preocupándose de su limpieza, de las necesidades de restauración y de que no se pierdan o extravíen.

No cabe duda que existen piezas del patrimonio religioso que por su valor artístico y cultural deben formar parte de exposiciones y museos de arte sacro, pero ello no puede conllevar, como ocurre en muchos casos, la musealización de los templos, la proliferación de sacristías con vitrinas y la erradicación de las muestras de piedad y fervor popular. El acervo patrimonial de la Iglesia Católica encuentra su máximo significado cuando se utiliza para el culto, porque su uso conlleva su conservación y protección, la máxima puesta en valor posible y el disfrute de su significado.

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