A partir de hoy colaboraremos en la sección "Historias de nuestra Historia" del programa el Espejo de Zamora en la Cope. En las intervenciones que se vayan realizando se trazará un particular recorrido por la historia de la diócesis utilizando como guión cronológico las devociones de referencia a lo largo de los siglos en Zamora. De esta forma entrelazaremos la historia, el arte y el patrimonio para narrar la evolución de la diócesis de San Atilano.
Como soporte colgaremos aquí los textos elaborados para esta sección, que por la brevedad del espacio no dejan de ser pequeños apuntes de una historia mucho más compleja.
LA DIÓCESIS DE ZAMORA EN SUS DEVOCIONES:
Primer capítulo: Los repobladores y la devoción por los santos franceses.
Raimundo de Borgoña, Tumbo A FOL 28V, Catedral de Santiago de Compostela.
La historia de la Diócesis de
Zamora es extensa y rica en matices. En ella ha habido personajes, comunidades
y lugares que han marcado su evolución a lo largo de sus más de mil años de
existencia. Para bosquejarla partiremos de las historias particulares que han
dibujado el panorama devocional de nuestra diócesis y su manifestación en el
arte y el patrimonio.
La primera de esas historias nos
lleva al siglo XI, época en que comenzó repoblarse la ciudad. La llegada de
pobladores francos marcaría a lo largo de casi un siglo el desarrollo social,
el urbanismo, el panorama devocional y hasta el restablecimiento de la
diócesis.
La repoblación llevada a cabo por
Fernando I, a mediados del siglo XI, traería consigo la primera gran llegada de
francos a la ciudad. El propio rey promovía en ese momento la aplicación en sus
reinos de la reforma cluniacense, lo que propició el culto a varios santos de
procedencia francesa. Pero la principal de las repoblaciones francas corrió a
cargo de Raimundo de Borgoña, yerno del rey Alfonso VI y hermano del papa
Calixto II, asentándose los franceses en gran parte de la ciudad.
Sería el conde borgoñón, junto a
su mujer Urraca, quienes instaurarían a otro francés, Jerónimo de Périgord,
como obispo de Salamanca y Zamora, a cuya muerte se restauraría de forma independiente
la diócesis de Zamora. La cátedra de San Atilano sería ocupada por Bernardo de Périgord.
Ambos personajes, especialmente el obispo Bernardo, se vinculan a la figura de
Bernardo de Cedirac, monje francés que comandó la implantación de la reforma
cluniacense y la liturgia romana en los reinos de Castilla y León.
El legado francés ha quedado
marcado en el patrimonio de la ciudad. Buena prueba de ello es el elemento más
característico de la Catedral de Zamora, su cimborrio, vinculado al románico de
sudoeste de Francia, o las iglesias de San Pedro y la Magdalena adscritas al
maestro de obra francés Giral Fruchel. Igualmente su testimonio se reflejó en
las iglesias de la ciudad a través del culto a los santos de origen francés:
Santa Colomba, San Martín, a quien se erigieron varios templos en la ciudad, o
San Antolín. La dedicación de ésta última al santo patrón de Borgoña se debería,
según Florián Ferrero, a los repobladores francos quienes pudieron traer
consigo la imagen de Nuestra Señora que a comienzos del siglo XII la ciudad
juraría como patrona y que hoy conocemos como Virgen de la Concha.
Javier Prieto Prieto.
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